Habitar en una comunidad en donde la mayoría de sus moradores tienen acceso a la tecnología y ser indiferente a ella pareciera un cuento de hadas, pero lo cierto es que niños y jóvenes de Ranchito, hijos de familias menonitas, se les impide todo contacto fuera de su mundo, por lo cual están condenados a vivir aislados y tampoco se les permite interactuar con personas ajenas a sus creencias, porque se contaminarían espiritualmente.
La única opción que tienen es visitar la iglesia y el Colegio Menonita Quisqueya, donde se les inculca la doctrina de su secta día tras día.
En lo que respecta a su escuela, utilizan un método de enseñanza que los mismos estudiantes que han salido lo califican como deficiente, porque no les enseñan la historia patria, y en matemáticas aprenden las cuatro operaciones básicas y algunos quebrados, como lo expresara Magdalena Martínez Roa.
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